Cada vez es más frecuente que muchos trabajadores pacten con su empresa uno o más días a la semana poder desarrollar sus tareas desde casa. Este hecho supone, además de un ahorro energético y económico importante, poder conciliar la vida laboral y familiar para muchos. Pero también un auténtico quebradero de cabeza para otros…
A continuación analizaremos los pros y los contras de esta práctica con cada vez más adeptos en todo el mundo.
Según los resultados de un estudio publicado recientemente por Eurofound, en la Unión Europea hay un 17% de trabajadores que de manera regular realizan la actividad laboral fuera de las dependencias de la empresa. Ahora bien, este dato esconde realidades muy diferentes: mientras que en algunos ámbitos el teletrabajo afecta únicamente el 2% de los trabajadores, en otros se sitúa alrededor del 40% (por ejemplo, entre aquellos trabajadores/se que realizan tareas comerciales). De hecho, la incidencia del teletrabajo varía sustancialmente dependiente de la ocupación o del sector, pero también del país. Mientras que en Suecia, Finlandia, Estados Unidos, Bélgica o la India el porcentaje de trabajadores afectados se sitúa o supera el 20%, en otros cómo Hungría, Argentina, el Reino Unido, Italia o España no se llega al 10%.
Según el estudio, desde una perspectiva individual, los principales aspectos positivos del teletrabajo consisten en la reducción del tiempo dedicado cada día a desplazarse al trabajo y una mayor autonomía en cuanto a la organización de la jornada laboral. El principal inconveniente, pero, es la tendencia que las jornadas laborales sean más largas y, en lugar de facilitar la conciliación entre la vida laboral y la familiar, pueden llegar a dificultarla debido a esta mayor intensificación del trabajo.
Las empresas, en cambio, se benefician de una mayor motivación de los trabajadores que se traduce en una mayor productividad y una menor rotación laboral, a la vez que pueden reducir sus espacios (básicamente espacios de oficina) con la consecuente reducción de costes.
El teletrabajo puede contribuir que el mercado laboral sea más inclusivo para algunos colectivos con dificultades para compaginar la actividad laboral con la vida diaria o con el cuidado de la familia. Este podría ser el caso, por ejemplo, de los trabajadores en edades cercanas a la jubilación, mujeres jóvenes con hijos o personas con discapacitados.