La alimentación, la forma de vestir, una buena hidratación… son solo algunos aspectos que pueden contribuir a que el calor sea más soportable. Aquí tienes varios consejos para que trabajar en verano no se haga aún más difícil.
– Juega con toldos y persianas: Baja los toldos de las estancias con mayor radiación solar y aprovéchate de persianas y cortinas en las horas de más calor.
– Ventilación temprana o nocturna: Si quieres ventilar tú
oficina o local recuerda: con 10 minutos basta y en verano, hazlo en las horas más frescas: por la mañana o entrada la tarde-noche.
– Hidrátate: Beber agua fresca u otros líquidos es una buena manera de protegerte contra el calor.
– Refréscate: Una ducha templada o fría, o un simple lavado de cara pueden ser aún más efectivos que colocarse bajo el Split del aire acondicionado.
– Comidas, mejor ligeras: que te ayuden a reponer las sales perdidas por el sudor (ensaladas, frutas, verduras, zumos…) y que eviten sensación de pesadez.
– Ropa ligera y cómoda: Usa ropa de tejidos ligeros, como lino o algodón fino, y un zapato cómodo y que transpire.
– Fija una temperatura de 25 grados: Una temperatura interior de 26 grados es más que confortable. Y si eres de los calurosos, recuerda que una diferencia de 12 grados entre la temperatura interior y exterior no resulta saludable.
– Aire, sin acondicionar: Un ventilador o un simple abanico pueden aportarnos ese extra de frescor que se necesita en las tardes de verano en las que hace calor, pero no de forma exagerada.
– Uso responsable del Aire Acondicionado: Úsalo cuando sea necesario y, cuando lo enciendas, no ajustes el termostato a una temperatura más baja de lo normal para enfriar antes la estancia, pues este gesto no lo acelera.