La dureza de la Gran Recesión ha cambiado la forma de hacer las cosas en el mundo de la empresa. Su tradicional vocación hacia el exterior se ha completado con una transformación que viene para quedarse: la apertura del capital.
Ahora que parece que se ha perdido el miedo, exponemos las claves:
- El balance: hay empresas que todavía están altamente endeudadas, así que es aconsejable un reequilibrio que obliga a elegir: o menor tamaño (por la venta de activos y su deuda asociada) o más capital (para minorar el peso de la deuda).
- La liquidez: se juntan el hambre y las ganas de comer. La ventana de la oportunidad está totalmente abierta.
- El tipo de operación: El exceso de la oferta da un poder alto a la demanda, los empresarios, pueden elegir: venta total o parcial y ampliación de capital, con o sin mayoría.
- El momento: Es lo más complicado. No sabemos si es mejor ahora o más adelante, pero la ambición ha llevado a veces, al cierre de la empresa.
- Continuidad y expansión: La apertura del capital facilita la continuidad de muchas compañías que hoy no podrían seguir y permitirá a otras que den un paso adelante alcanzar cotas ahora inabordables.