A menudo asociamos la comida sana como una cocina aburrida y nada atractiva, a pesar de sus enormes beneficios para nuestra figura y, también, por su enorme poder digestivo.
Pues bien, con la corriente del mood food nadie puede aborrecer la cocina sana. El mood food es una nueva tendencia gastronómica que busca el placer y la satisfacción de la comida a través de platos y dietas que estimulan el buen humor, la tranquilidad y el placer.
Poco a poco, este movimiento que ya se ha consolidado en el Reino Unido, está aterrizando en nuestro país. Precisamente, en Inglaterra uno de los cocineros que abanderan el movimiento es Yottam Ottolenghi. Sus recetas, mayoritariamente vegetarianas, son una oda a la medicina preventiva y gracias a su columna en el periódico británico The Guardian ha cambiado los hábitos de muchos británicos haciendo populares recetas muy sencillas que incluso han tomado nota muchas cadenas de supermercado.
La lucha de Ottolengui va dirigida a reducir la obesidad, la diabetes y las enfermedades cardiovasculares.
La tendencia, de hecho, empezó hace más de 10 años en Japón, donde el concepto tiene un mensaje cargado de intenciones: decir adiós a los antidepresivos.
Entre los nutrientes y principios activos que promueven la felicidad podemos encontrar el triptófano, la teobromina, que se encuentra sólo en el guaraná y el chocolate, la fenilalanina, la tirosina, las vitaminas del grupo B, la C, hidratos de carbono, ácidos grasos Omega 3, magnesio, hierro, fósforo, selenio, litio, o el zinc.
Otros de ellos se encuentran en el aceite de oliva, aguacate, ajo, albaricoques secos, almejas, legumbres, especialmente el garbanzo, arroz y cereales integrales, frutos secos como las nueces y las almendras, y frutas como plátano, piña, fresa y manzana.
También el bacalao, sardina, caballa, berberechos, marisco, hígado de ternera, lechuga, brécol, espinacas, champiñones, jamón, salvo cerveza, carnes magras que no sean rojas, dátiles, miel y el inevitable chocolate negro. Se incluye el vino, pero con moderación. Es importante consumirlos en temporada, cuando están plenos de sabor y de nutrientes.
Todo ello conecta, una vez más, con la dieta mediterránea y el que sentenció Hipócrates, uno de los médicos más famosos de la humanidad: “que el alimento sea tu mejor medicina y tu medicina sea tu alimento”.