Desconectamos la mente del momento presente y nos ponemos a pensar en el pasado, en el futuro, o en lo que nunca ha sucedido. Y lo hacemos con muchísima frecuencia…
Estás cocinando, pasando a limpio unos datos del trabajo, caminando por la calle… y de repente te das cuenta de que llevas un buen rato ‘en automático’ y sin prestar atención a tu actividad: “¿Qué estaba cocinando yo?” “¿He metido el número bien en la tabla?” “¡Me he pasado la tienda en la que quería entrar!”
¿Te sientes identificado? Seguro que sí pues, según un estudio publicado en Science, nos pasamos cerca del 50% de nuestro tiempo ‘en las nubes’ o, lo que es lo mismo, pensando en algo que nada tiene que ver con nuestra actividad presente: quizás planeando algo para el futuro, recordando un hecho del pasado o pensando en cosas que nunca han sucedido. Los resultados del trabajo revelaron también la gran capacidad de nuestra mente para evadirse: llegamos a hacerlo hasta una vez por minuto.
Para llegar a estas conclusiones, los investigadores, de la Universidad de Harvard, desarrollaron una aplicación para iPhone que les permitió hacer un seguimiento de 2250 personas adultas con edades en torno a los 34 años. De manera aleatoria, la app les pedía cada cierto tiempo que valoraran cómo se sentían en ese momento en un rango de 0 a 100 (desde muy tristes a muy contentos). Después, les preguntaba qué actividad estaban realizando en ese momento y, por último, los participantes debían responder a la cuestión: “¿Estás pensando ahora mismo en algo diferente a la actividad que estás realizando?”.
A más desconexión, más infelicidad
Los autores encontraron que, independientemente de la actividad realizada, las personas eran más infelices cuando se encontraban en un momento de desconexión mental, y que el estar centrado en la tarea que se está realizando es un buen predictor del estado de satisfacción. Unos resultados que confirman algo que para muchas religiones y filosofías orientales es un dogma: la capacidad de concentrarse en el ‘aquí’ y el ‘ahora’ es una garantía de felicidad, y nuestros viajes a las nubes tienen un coste emocional importante. Prácticas como el yoga, la meditación y el mindfulness son adecuadas para entrenar la mente y trabajar la atención en el momento presente.
Como curiosidad, los datos también revelaron que los participantes acostumbraban a dispersar su mente mientras realizaban cualquier tarea, excepto cuando mantenían relaciones sexuales. Quizá esta actividad es otro buen ejercicio para ayudarnos a mantener la atención plena en el momento presente…