1. Conocer el material. Es importante escoger algún tema que suscite interés e investigar sobre él tanto como se pueda. Estar muy informado ayudará a plantearlo con mayor seguridad. No significa que haya que emplear toda la información recopilada.
2. Discurso ensayado, aplauso asegurado. Hay que salir al escenario con el texto bien aprendido. No es necesario memorizarlo, pero si se quiere tener éxito, hay que ensayarlo. Con cuatro veces basta. Los tres primeros golpes son para hacer pruebas y el cuarto se hará unas horas antes de la ponencia. El ensayo se hará de un tirón.
3. Controlar el tiempo de la intervención. Se ha estimado en 21 minutos el tiempo que una persona atiende sin distraerse a una comunicación, así que conviene respetar el tiempo previsto de intervención.
4. Conocer a las personas. Si es posible, conocer a las personas que componen la audiencia es algo positivo. A medida que van llegando, presentarse y preguntarles algo para saber más sobre ellas permitirá establecer una mayor conexión.
5. Preparar un inicio y un final de impacto. El primer minuto es muy importante. Hay que crear un inicio que atrape y capte la atención del público. Y se debe contar, igualmente, con un final impactante. Está demostrado que el inicio y la despedida son los dos momentos que concitan una mayor atención del público.
6. Cuidar la comunicación no verbal. El psicólogo alemán Albert Mehrabian concluyó en los años 80 que, cuando comunicamos, el 93% del mensaje recae sobre la comunicación no verbal (55% lenguaje corporal y 38% paraverbal) mientras que solo el 7% son nuestras palabras.
7. Evitar bloqueos. Uno de los miedos más habituales en la oratoria tiene que ver con quedarse en blanco frente a un auditorio. En este caso, lo mejor es tener una pequeña “chuleta” que puede ser el guion de nuestra presentación que nos ayudara en caso de llegar el temido “momento en blanco”
8. El silencio. Se trata de un lenguaje, ya que algunos silencios pueden comunicar. Otros son evocadores, es muy útil para crear expectación antes de decir algo importante.
9. Gestiona bien tus emociones. Un buen orador sabe gestionar sus emociones (alegría, tristeza, miedo, sorpresa, enfado y asco) de manera adecuada para mostrarse siempre sereno, tranquilo, equilibrado y no llegar nunca a la ira, perder los estribos, etc…
10. Utiliza las 3 claves de la oratoria. Las claves que hemos comprobado en los grandes oradores de la historia son: naturalidad (ser tú mismo), humildad (no creerte más que nadie, no ser prepotente al hablar en público) y, hablar desde el corazón (con ganas, con pasión, con ilusión…) Son tres claves que te ayudan a salir de cualquier situación que te pueda pasar al hablar en público.
Si quieres mejorar tu capacidad argumentaria y la expresión oral, infórmate sobre el curso de Espai 114 sobre Oratoria y comunicación no verbal, del 25 y 26 de abril, con el formador Carles Lombarte. http://espai114.com/oratoria-comunicacio-no-verbal/