Una reciente sentencia del Tribunal Supremo concluye que los Juzgados y los Tribunales pueden obligar a las empresas a repartir sus dividendos entre los socios que lo exijan.

Brinda la posibilidad, hasta ahora era imposible, de que los socios disconformes con un acuerdo social sobre la aplicación de los resultados del ejercicio no solo contemplen la posibilidad de impugnar el acuerdo social para dejarlo sin efecto, sino también la oportunidad de obligar a la sociedad a repartir los resultados del ejercicio entre sus socios.

Con esta nueva doctrina, los socios disidentes con el acuerdo de aplicación del resultado del ejercicio podrán obligar a la compañía a repartir los beneficios sin necesidad de vender sus participaciones sociales o acciones.

Dicha Sentencia abre la puerta a que socios minoritarios puedan percibir dividendos que les estaban negados por aprobación en contra de la mayoría de socios los cuales, en algunos supuestos, podían actuar haciendo un mal uso de dicha mayoría e impedir al socio minoritario el cumplimiento de unos de los derechos de la condición de socio. Habrá casuística y abre el debate a cómo se ejercen las mayorías. Asimismo, puede ser un aliciente a facilitar que se inicien debates internos en las empresas que pueden culminar en la negociación y firma de pactos de socios en los que se regule el derecho mínimo al dividendo.

El fallo estudia un asunto sobre un procedimiento de impugnación de acuerdos sociales. Los socios disconformes pedían la nulidad del acuerdo aprobado por la junta de socios que decidía destinar los resultados del ejercicio a reservas. La sentencia declara la nulidad del acuerdo y deja sin efecto el mismo. Sin embargo, va más allá y ordena a la sociedad repartir al menos tres cuartas partes de los beneficios del ejercicio entre sus socios.

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