Es importante conocer cuáles son las necesidades de tu negocio y buscar una asesoría laboral, fiscal y contable que se adapte a tu realidad para valorar al hacer el cambio de asesoría.

Profesionalidad

Cuando la asesoría y sus servicios no cumplen con la mínima calidad exigible.

Para tener referencias de la profesionalidad de una asesoría, se puede contactar con algunos de sus clientes para que nos faciliten información de sus experiencias. Otra opción, es buscar información de los profesionales que trabajan en la asesoría por diferentes canales profesionales. Por ejemplo, en la red profesional LinkedIn, donde se pueden encontrar los perfiles de los asesores y ver qué su trayectoria y experiencia profesional.

Costes

Las asesorías que ofrecen precios muy bajos, prestan servicios mínimos y los profesionales asesoran puntualmente. O otras asesorías se limitan a contabilizar las facturas, sin tener en cuenta la situación real del negocio y sus necesidades.

Es importado conocer las necesidades del cliente, aconsejar en temas laborales, fiscales y contables, ayudando a la adaptación a los cambios legales, analizar los estados financieros, proponiendo medidas correctoras si fueran necesarias.

Tenemos que valorar si queremos un gestor poco formado y con poca infraestructura o bien un asesor que está al orden del día y que dedica un tiempo determinado de su jornada laboral a ponerse al día en su materia y que tiene un equipo potente con información actualizada.

Atención personalizada

Si el asesor no atiende cuando es necesario o no está localizable en un momento importante, no se presta buen servicio.

La asesoría tiene que estar junto al cliente y aconsejar en las dudas. Cada negocio tiene unas necesidades y una buena asesoría se adapta a las necesidades particulares de cada cliente.

Por eso es importante, que existan diferentes sistemas de comunicación muy estructurados y fáciles, que se adapten al negocio y posibilidades del cliente. Ya sea atención telefónica, por correo electrónico, comunicaciones en línea o presencial, si el cliente lo requiere.

Compromiso

La mayoría de clientes que se plantean un cambio de asesoría lo hacen buscando un servicio que no se limite a llenar y presentar impuestos.

Una asesoría de calidad persigue dar un servicio de calidad contínuo:

Informando de los cambios legales y aconsejando y como tienen que adaptarse a ellos.

• Analizando los estados financieros del cliente, trasladando las conclusiones obtenidas y proponiendo medidas correctoras si son necesarias.
• Estableciendo un flujo de información constante y automático entre la asesoría y el cliente: las nuevas tecnologías permiten recopilar y almacenar toda la documentación (nóminas, impuestos, facturación) necesaria para prestar un mejor servicio.
• Facilitando y tramitando el acceso a ayudas o subvenciones públicas que permiten respirar al empresario ante gastos extraordinarios.
• Evolucionando digitalmente, en la hora que lo hacen los clientes de su cartera. Se posible que tu asesoría sea tu fuente de inspiración.