Guía útil sobre la factura simplificada
La factura simplificada es uno de los documentos más habituales que se emiten o reciben en los negocios. Pero también es un documento que genera dudas, por ser un instrumento capaz de reflejar de forma flexible algunas de las operaciones más habituales.
La factura simplificada es un documento que conviene tener claro cuándo puede o no utilizarse y cómo se puede modificar su contenido ante circunstancias especiales.
¿Qué es una factura simplificada?
La factura simplificada es un tipo de factura parecida a una factura completa, pero que se caracteriza por incluir un contenido menos extenso y que solo se puede emitir en aquellos casos en los que así lo determina la normativa.
Esto es debido a que, por las características de algunos negocios como su propia dinámica, elaborar una factura completa en cada operación de venta es complicado. Por lo que, la normativa permite a algunos tipos de negocios emitir facturas simplificadas, teniendo la misma validez que una factura completa.
Diferencia entre factura simplificada y factura completa
La primera diferencia destacable entre una factura y una factura simplificada es el contenido, debido a que en la factura simplificada no constan, ni los datos del cliente ni la base imponible del IVA y ni la cuota repercutida.
Y otras diferencias importantes entre estos dos tipos de documentos serian:
- el importe máximo de la factura por el que se pueden emitir,
- las operaciones excluidas y,
- la deducibilidad del IVA que contiene.
¿Cuál es el importe máximo para una factura simplificada?
Así como, en la factura no existe un importe máximo para su emisión, en la factura simplificada sí que existe un importe máximo a partir del cual no se puede emitir la factura.
Y es que la factura simplificada se puede emitir cuando las operaciones no superen las siguientes cantidades:
- 400 euros IVA incluido, como regla general.
- 3.000 euros IVA incluido en el caso de determinadas actividades como, por ejemplo, ventas al por menor, servicios de hostelería y restauración, peluquerías y salones de estética, etc.
¿En qué operaciones no podemos emitir una factura simplificada?
Existen una serie de operaciones que no pueden documentarse con una factura simplificada como son:
- Entregas intracomunitarias de bienes.
- Ventas a distancia de bienes entregados en España desde otro estado miembro y sujetas al IVA español.
- Operaciones en las que el proveedor que emite la factura no está establecido en territorio español y se produzca la inversión del sujeto pasivo.
- En aquellas operaciones no localizadas en territorio español en las que el proveedor o prestador del servicio sí esté establecido en él.
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¿Puedo deducir el IVA de una factura simplificada?
La factura simplificada no permite a quien la recibe la deducción del IVA que incluye porque para ello, es necesario que consten todos los datos que forman la factura completa.
¿Quién puede emitir una factura simplificada?
Las facturas simplificadas pueden ser emitidas por profesionales o empresarios. Siempre que sea válido el formato y que se aplique para documentar alguna de las operaciones para los que está permitido emitir una factura simplificada.
¿Cuáles son los datos obligatorios para la emisión de una factura simplificada?
Los datos obligatorios que hemos de incluir en una factura simplificada son:
- Número de serie de la factura.
- Fecha de emisión de la factura. Si la fecha de operación es distinta, hay que incluirla también.
- Datos fiscales del emisor: Nombre, NIF y dirección fiscal.
- Identificación del producto o servicio prestado.
- Tipo de IVA aplicado. Si hay varios tipos de IVA, hay que especificarlos por separado junto con la base imponible de cada uno.
- Importe total.
Recuerda que lo más recomendable es confiar en el asesoramiento de un asesor contable y fiscal, como disponemos a Lladó Grup Consultor, para una correcta emisión y contabilización de tus facturas.